Los perros son mascotas que, en muchos casos, pueden convertirse en nuestros hijos. El cariño que se les tiene, hace que sean tratados como un miembro más de la familia, permitiéndoles vivir dentro de casa y participar de muchas actividades familiares. Por este motivo, es importante que estén bien educados para evitar accidentes.
Y no queremos decir que los perros son quienes ocasionan accidentes, sino que, en algunos momentos, pueden ponerse nerviosos, o muy estresados, lo que puede hacer que su comportamiento se modifique. Es por esta razón, que es tan importante que cualquier animal, reciba un entrenamiento, que nos permita poder controlarlos en situaciones de adrenalina o cuando salimos a la calle.
Esto también ayudará, a que el animalito comience a obedecernos tanto fuera como dentro de la casa. De esta forma, ya no tendremos que preocuparnos porque se vaya corriendo o porque no regrese, ya que, si se logra educarlo correctamente, esto no pasará. Por estas razones, es importante entrenarlos, además, es bueno para su propia seguridad.
A continuación, te mostramos como comenzar a entrenar a tu mascota desde tu casa:
El entrenamiento debe ser un trabajo en familia
Tener una mascota, de cualquier tipo, debe ser una responsabilidad que debe tomarse en familia. Más aún cuando se habla de entrenar a un animalito. Es sumamente importante que todos los integrantes que conviven con la mascota, tengan claro cómo y en qué aspectos quieren entrenar al perro.
Esto, ya que, si un día el hijo decide hacerlo dormir en la cama, y al día siguiente, la mamá lo saca a dormir al patio, lo único que se logra es que el perro se sienta confundido y sin saber cómo actuar. Por estos motivos, si queremos que la mascota este entrenada correctamente, debe ser un compromiso de todos con el objetivo de que se tenga claro lo que está y no está permitido.
Tu mascota debe conocerte perfectamente
Que la mascota conozca el nombre de la persona que lo va a entrenar o la persona con la que va a compartir la mayor parte del tiempo, es sumamente importante. Esto hace que se cree una especie de conexión y que el perro se sienta seguro y cómodo.
Además, es necesario para que el perro sepa a quién debe hacer caso en todo momento. Para lograr esto, se debe tomar en cuenta que el animal también debe reconocer claramente su nombre. Esto suele tardar entre cinco a quince días aproximadamente, así que mientras más lo acostumbres a eso, mucho mejor.
Estos son los primeros pasos, ya que son la base para crear una relación legítima entre en animal y el dueño. De esta forma, la conexión que se crea, ayuda a que el perrito obedezca de mejor manera a su amo.
Enséñale a convivir con otros animales y con el mundo
Es importante que desde que el perro sea pequeño, se le enseñe a convivir y socializar con otro tipo de animales. Se dice que, durante los cuatro primeros meses de vida de los animales, es la madre quién les enseña a convivir en grupo, y es en este periodo donde se debe realizar la adaptación, ya que, si se lo hace más tarde, es muy probable que la mascota no se acostumbre nunca a estar acompañado.
Por esta razón, los primeros meses son clave para lograr que la mascota se adapte al nuevo mundo. Es necesario también, hacer que se acostumbre a pasear con correa en la calle, a esperar al amo, etc. ya que a medida que crece, es más complicado crear nuevos hábitos.
Debes enseñarle a jugar despacio
Incluso antes de que el animal conviva con otros animales, es importante enseñarle a jugar. Normalmente, la madre es la que se encarga de esto, ya que, al socializar con los hermanos, los chillidos de estos, hacen que el perro se dé cuenta que está siendo muy agresivo y que debe parar.
Sin embargo, en muchos casos no ocurre esto, por eso es importante, que, al momento de entrenarlos, les enseñemos a jugar y morder despacio, esto, no solo con otras personas, sino también con otros animales. Muchas veces, las peleas entre perros comienzan porque uno ha sido demasiado torpe y el otro debe defenderse, así que para lograr que exista una buena relación con otros animales, se debe enseñar a controlar la fuerza y jugar despacio.